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Ysla Du Champ nació de una pasión por la historia y el misterio de las antigüedades. Cada pieza antigua tiene su propia personalidad, moldeada por el tiempo y por quienes las han poseído. Inspirado por esta idea, se decidió crear joyas que, aunque nuevas, aparenten haber sido rescatadas de algún lugar mágico donde yacían olvidadas durante siglos.
Las joyas de Ysla Du Champ son únicas, elaboradas exclusivamente con materiales preciosos. Cada pieza está diseñada para parecer como si hubiera sido descubierta en el fondo del mar o en algún rincón oculto, guardando la esencia de haber sobrevivido al paso del tiempo. La pátina le da una identidad única, haciéndola parecer una reliquia recién desenterrada.
Lo que distingue a Ysla Du Champ es su habilidad para encapsular el "paso del tiempo" en cada una de sus piezas. Utilizan técnicas especiales para añadir pátina a los metales, creando joyas que parecen haber sido llevadas por piratas y nobles de antaño. Además, algunas de sus piezas se entregan en cofres de tesoro, ofreciendo una experiencia completa y memorable desde el primer momento.
En cinco y diez años, Ysla Du Champ se visualiza como una joyería establecida y reconocida por su singularidad y elegancia. La visión es que cada cliente no solo posea una pieza de joyería, sino que sienta que encontró un tesoro. Las tiendas serán auténticas tiendas de antigüedades, llenas de formalidad y elegancia, transportando a los clientes a una era pasada sin sacrificar la sofisticación moderna.